Elecciones locales y fuerzas nacionales: el punto de partida

Los partidos políticos suelen ser considerados como irrelevantes en las elecciones locales. Aunque cumplen un papel importante con el proceso de aval de candidaturas, y de manera no tan visible, como financiadores de campaña en las grandes capitales o los departamentos, su rol en las campañas y la movilización de los electores es muy limitado con pocas excepciones. Más aun, la multiplicación de movimientos por firmas y de coaliciones heteróclitas dificulta considerablemente la tarea de clasificación de las fuerzas políticas en presencia.

No obstante, esta tarea no es tan vana como podría parecer si reparamos en el hecho de que las elecciones locales son la ocasión para las fuerzas políticas nacionales de marcar el terreno para las elecciones nacionales siguientes, en particular para las legislativas. Los mandatarios y representantes locales que se elegirán en octubre podrán ser piezas claves para ayudar a elegir Senadores y Representantes a la Cámara en 2022.

Por lo demás, si la multiplicación de las coaliciones es un obstáculo, para medir las bases locales de cada partido individual, podemos acercarnos al tema a través de los grandes bloques que dibujan el estatuto de la oposición: mayoría, oposición e independientes. De este modo, proponemos a continuación un método para leer “nacionalmente” los resultados locales con base en estos bloques. A la fecha, los partidos registrados nacionalmente en cada bloque son como sigue:

Mayoría Independientes Oposición
Centro Democrático
Partido Conservador
Partido Social de Unidad Nacional
Opción Ciudadana
MIRA
Colombia Justa Libres
Partido Liberal
Cambio Radical
Alianza Social Independiente
Alianza Verde
Polo Democrático Alternativo
Colombia Humana – Unión Patriótica
MAIS
AICO
Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común

Ubicamos en estos bloques las coaliciones entre partidos de un mismo bloque. Para clasificar las coaliciones entre partidos de distintos bloques, hemos creado dos bloques intermediarios que serían las bisagras entre mayoría e independientes por un lado, y oposición e independientes por el otro. Finalmente, hemos considerado como “incoherentes” las coaliciones que asocian por lo menos un partido de gobierno y un partido de oposición.

Para este ejercicio, hemos considerado los grupos significativos de ciudadanos, es decir, las candidaturas “por firmas” como fuerzas neutrales que son inclasificables cuando van solas. Cuando hacen coaliciones con partidos, clasificamos la alianza resultante en función de la ubicación de los socios. Si aplicamos este método a la elección de alcaldes de 2015 (lo que es anacrónico en la medida en que los bloques se definieron con respecto al actual gobierno de Ivan Duque en 2018, pero nos permite analizar el punto de partida de cara a las actuales elecciones locales), la repartición de fuerza es la siguiente:

Como vemos, el oficialismo es el bloque que más alcaldías controla, seguido del bloque independiente. La oposición es relativamente marginal en cuanto a control de alcaldías, lo que retrata la debilidad de sus bases locales. Para la oposición, el arraigo local es un desafío importante de estos comicios.

Una enseñanza interesante, es que la cohesión de bloque es bastante grande. Más de 900 de las cerca de 1100 alcaldías son controladas por un partido o coalición que se puede ubicar en la tripartición nacional mayoría-independientes-oposición. De las que no son controladas por un bloque uniforme, la gran mayoría es manejada por coaliciones entre partidos de la mayoría e independientes. En cambio, son apenas 13 las alcaldías controladas por una coalición entre oposición y fuerzas independientes. Esto sugiere que, en realidad, las fuerzas independientes pueden estar más cerca del gobierno que de la oposición, por lo menos en cuanto a sus estrategias electorales.

Finalmente, son apenas 42 las alcaldías controladas por coaliciones “incoherentes”, es decir, que asocian tanto partidos de la mayoría como de la oposición nacional. Esto matiza la idea según la cual las coaliciones se hacen en desorden, sin tomar en cuenta las alineaciones político-ideológicas nacionales. Quedan también 13 alcaldías cuyos alcaldes se eligieron por firmas sin hacer coaliciones con un partido. 

Si miramos estos bloques por porcentaje de votos, la situación se reequilibra levemente:

Como los partidos de la mayoría e independientes suelen ser fuerzas más implantadas en el ámbito rural, y los partidos de oposición, más en el ámbito urbano, la dominación de la mayoría en votos no aparece tan aplastante, y el bloque independiente le pisa los talones. La oposición sigue apareciendo lejos, aunque no tan marginal, lo mismo que los votos para candidatos por firmas sin alianzas, que suelen aparecer en las grandes capitales.

Esto sería por tanto el estado de las fuerzas antes de las elecciones locales de octubre de 2019. Analizaremos la evolución con este método después de los comicios.  

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