Por: Sara Fonseca Sandoval
El Nuevo Liberalismo es otro de los partidos que han recuperado su personería jurídica recientemente tras haber sufrido un tipo de violencia que les impidió continuar con su proyecto político. Nacido como disidencia del Partido Liberal, persistió hasta 1989 cuando Luis Carlos Galán, su fundador, fue asesinado. Tras recuperar su estatus, el partido ha participado en las elecciones legislativas y presidenciales de 2022. Tras dichas elecciones solo consiguió dos cúrules en la Cámara de Representantes, un fracaso con su lista cerrada para el Senado y un segundo lugar en la consulta de la Coalición Centro Esperanza. Esta será la tercera elección en la que se mida como partido con su personería jurídica recuperada y la primera elección regional en la que podrá identificar sus fortines en la política subnacional.
Para esta ocasión el partido presenta 330 candidaturas: 177 propias y 153 en coalición. Con esta cifra, se convierte en el séptimo partido con mayor número de candidaturas propias y el noveno en número total de candidaturas (considerando las coaliciones). Es un número destacable, pues se reincorpora muy recientemente a la política y ya se ubica entre los 10 primeros lugares, solo detrás de partidos más tradicionales y experimentados en elecciones de este tipo. Es de hecho el partido nuevo con más candidaturas en estas elecciones territoriales.
En el panorama de las coaliciones que el partido conforma, su principal socio es el Partido Liberal. En una estrategia similar a la de la Alianza Verde, los principales socios del Nuevo Liberalismo para hacer coaliciones son los partidos tradicionales, que ya tienen unas bases electorales en las regiones y conocen las prácticas típicas de la política subnacional. Ahora bien, cuando se examina la coherencia ideológica de las coaliciones conformadas por el Nuevo Liberalismo, se encuentra que en su mayoría son coherentes. Al ser identificado como un partido de Centro, es coherente conformar coaliciones con partidos en esta misma posición, o con partidos de centroizquierda o centroderecha. En cambio, sus coaliciones con el Partido Conservador, Creemos y el Movimiento de Salvación Nacional, menos numerosas pero no excepcionales, son incoherentes por tratarse de partidos ubicados ideológicamente en una derecha más radical.
A nivel geográfico se observa que el partido presenta candidaturas en casi todo el país, con excepción de la región amazónica. La distribución de las candidaturas revela una doble apuesta del partido: presenta candidaturas en los lugares donde mejores resultados obtuvo en las elecciones legislativas de 2022 (Zona andina – Cafetera) y busca expandirse hacía donde sus resultados fueron más pobres como la Costa Caribe. Igualmente, se destaca que presenta candidaturas en zonas urbanas y en las grandes ciudades. A nivel de capitales, presenta candidatura en Bogotá, Cali, Cartagena, Pasto, Tunja, Manizales, Bucaramanga, Cúcuta y Villavicencio. Es de destacar el caso de Bogotá, pues se perfila como el gran fortín para el partido. En la capital, no solo obtuvo el mejor resultado en las legislativas (llegando a ganar una curul en la Cámara) sino que su candidato es el más opcionado para convertirse en el próximo alcalde de la ciudad.
La conquista de la alcaldía de Bogotá, el que muchos denominan el segundo cargo más importante del país, daría mucha más relevancia al partido a nivel nacional y sería un impresionante triunfo para un partido que se mide por primera vez en elecciones territoriales. En el resto del país, se debe comprobar si la alianza con partidos tradicionales le sirve para hacer una incursión exitosa en la política subnacional.