Aunque parezca pírrica de cara a una segunda vuelta que se anuncia difícil para Gustavo Petro, no hay que subestimar la victoria de la izquierda que pasó en 4 años de 25% a 40%. Como en 2018, Petro consigue sus votos en las grandes ciudades y en las regiones de la periferia geográfica, es decir, las dos costas y el sur del país. Además, una mirada más atenta muestra que La dupla Petro-Márquez suele tener mejores resultados en las ciudades capitales que en las zonas rurales de los departamentos.
Si comparamos con hace 4 años, uno se da cuenta que Petro crece sobre todo en las zonas donde ya estaba fuerte, es decir, se profundiza el desfase entre centro y periferia. La izquierda es particularmente hegemónica en la zona Pacífica y el suroccidente, quizás gracias al refuerzo de Francia Márquez. Los mayores crecimientos se dan en Cali y las ciudades importantes del Valle, Pasto, y Manizales.
Vale la pena señalar sin embargo un buen crecimiento en Antioquia y el eje cafetero, donde la izquierda trató de revertir sus debilidades en el centro del país. Finalmente, a parte de algunos pequeños municipios sueltos, Santander es el único departamento donde Petro no crece, lo que se explica por la fuerte movilización del mismo a favor de Hernández. Sin embargo, las pérdidas se limitan al mundo rural.
Colombia cuenta con un Congreso bicameral con circunscripciones diferenciadas. Tal disposición busca garantizar la representación territorial en la Cámara y una nacional en el senado. Hace dos meses se realizó la elección del legislativo, dejando un Congreso transformado en términos partidistas. A fin de examinar la composición del congreso en términos regionales, en este informe se explorará la forma en que están representadas las regiones en el Senado y, luego al sumar las curules en cámara determinar si los departamentos están sobre o sub representados en el Congreso y cómo se manifiestan los poderes regionales en su configuración.
Los poderes regionales en el Senado
Por tanto, propósito de este informe será ver la distribución regional de las curules en el Senado. Tales datos se obtuvieron luego de revisar el perfil de los senadores electos y se asignaron atendiendo a su lugar de nacimiento, lugar donde han desarrollado su actividad política y si obedecen a algún grupo político regional. Si bien el Senado es de circunscripción nacional, en su elección juegan un papel clave los poderes regionales. Así, el senado también tiene una composición regional muy evidente donde se manifiesta el poder de los diferentes territorios y las asimetrías entre ellos. Además, la llegada al Senado significa para los políticos pasar de ser figuras locales a consolidar un poder con proyección nacional. El nuevo Senado tiene una reconfiguración partidista importante, dándole al progresismo un número importante de curules. La gráfica muestra que un cuarto de los senadores electos pertenece a Bogotá. Dicho resultado es producto 1) del ascenso de fuerzas progresistas que provienen principalmente de centros urbanos y cuyos electores se ubican allí; 2) Bogotá es una plataforma política más amplia, con un número de electores importante y que requiere menos recursos para campaña, por lo que tiene un peso importante en la elección de senadores. Por otro lado, sucede algo similar con los departamentos donde se ubican las ciudades más grandes del país (Antioquía, Valle del Cauca, Atlántico y Santander). La distribución de las curules también muestra que 11 departamentos no tienen ningún senador.
La distribución en el mapa muestra que los senadores electos se concentran en la región andina y la Costa Caribe. El sur y el oriente del país (con excepción de Nariño, Meta y Arauca) tienen poca representación en el Senado. En cambio, los departamentos de la Costa Caribe demuestran tener un peso importante para la política nacional. En total, el Caribe suma 23 curules en el senado. Tal influencia se explica por varios elementos que determinan las dinámicas políticas de la región. En primer lugar, allí se concentran los niveles más altos de participación en el país. Para las elecciones legislativas hay unos poderes regionales presentes que logran buenos resultados, principalmente, a través del Partido Conservador, de la U y Cambio Radical. En la región hay prácticas ilegales y semi ilegales vinculadas al ejercicio electoral como el clientelismo y la compra de votos.
Así, se encuentra que hay una distribución de los senadores bastante desigual y, que aun cuando se trata de una circunscripción nacional, lo regional sigue jugando un rol clave en la definición de los resultados.
Las regiones sub representadas o sobre representadas
En el caso de la Cámara la distribución de las curules se hace de forma proporcional a la población, por lo que no merece una sección aparte. Sin embargo, para determinar si en el país hay algunas regiones sobrerepresentadas o subrepresentadas se realizó la suma entre el número de senadores y representantes para determinar el número total de congresistas por departamento. Luego, según la proporción poblacional y de congresistas se determinará si en cada caso concreto se produce uno u otro fenómeno.
En el gráfico anterior se muestra la diferencia entre la proporción de población y la proporción de congresistas. Los resultados negativos indican que hay una subrepresentación del departamento, mientras que los valores positivos significan que hay una sobrerepresentación. Cundinamarca, Valle del Cauca Y Cauca son los departamentos más subrepresentados. Por su parte Bogotá, Santander y Sucre están sobrerepresentados.
Estos resultados significan que en el total de representación en el congreso no hay una tendencia a la subrepresentación de los departamentos más pequeños, ni a la sobrerepresentación en los más grandes. En cambio, es posible determinar que la subrepresentación se produce como fenómeno frecuente en los departamentos intermediarios como Cundinamarca. La predominancia de Bogotá como consecuencia del ascenso de los sectores alternativos, no significa necesariamente que los intereses que se tramitarán en el Congreso correspondan exclusivamente a Bogotá. Por tanto, en general, es posible afirmar que hay una representación proporcional de las regiones en el Congreso.
El año pasado, un gran número de congresistas presentó un proyecto de acto legislativo para reducir el número de períodos que los miembros de organismos colegiados (Congreso, Concejos Municipales y Asambleas Departamentales) podrían reelegirse. A diferencia de la prohibición de la reelección presidencial, este proyecto no prosperó y fue archivado. Son bien conocidos los efectos de la reelección sobre la democracia en tanto que tiende a fortalecer los personalismos y a reducir las posibilidades de renovación y de acceso al poder político para ciertos sectores.
Célebre es el caso del político Roberto Gerlein, quien estuvo ocupando una curul en congreso por 50 años, de manera casi ininterrumpida. En atención a la tendencia de los congresistas a durar varios periodos en sus cargos, objeto de este análisis será la reelección de congresistas para el período 2022 – 2026 según los datos del preconteo sobre la distribución de curules y los ajustes posteriores como producto de las rectificaciones del Pacto Histórico. A modo de aclaración metodológica, para este análisis no se tomaron en cuenta las curules de circunscripciones especiales (Indígena, Afro, Víctimas) ni las del Partido Comunes ya que su asignación se hace conforme al procedimiento legal, ni tampoco las del estatuto de la oposición cuyo resultado aún es desconocido.
¿Qué tanto se renueva el congreso?
De las 267 curules a proveer en el congreso para este periodo, 90 serán para congresistas que ya lo fueron. Es decir, el 33,3%, una tercera parte del congreso permanece en cabeza de las mismas personas. Los indicadores para cada una de las corporaciones señalan que, en el caso de la Cámara de Representantes, el 27,7% de los congresistas (45) se reelige y en el Senado lo hace un 44,1% (45).
Caras nuevas en los partidos
De lo observado en los gráficos precedentes, se tiene que la renovación en los partidos es mucho más evidente en la Cámara de Representantes donde el promedio de reelección en los partidos es de 28,6%. Para el senado el mismo indicador es de 45%, siendo esta la corporación donde los partidos tienden a poner a repetir a sus miembros.
En el análisis individual, el Partido Alianza Verde y el Centro Democrático son los que menos reeligen a sus miembros. Para el caso del Pacto Histórico (antes Coalición Lista de la Decencia, Polo Democrático y MAIS) exhibe un comportamiento opuesto en ambas corporaciones. En Cámara, el bajo porcentaje de reelección se explica por tener pocas curules en la corporación en el período 2018 -2022. Por el contrario, para el Senado, donde ocupa la primera posición en reelección, es porque un buen número de los miembros de los partidos que lo componen eran senadores en el periodo anterior y lo serán de nuevo.
En el caso de MIRA que tiene un porcentaje de reelección alto en ambas corporaciones, ello tiene relación con el ser un partido pequeño, que en ambos periodos ocupa pocas curules, y para el que garantizar renovación de los miembros y que estos consoliden su imagen no es tan fácil como para partidos más grandes.
En ambas cámaras los partidos tradicionales tienen los porcentajes más altos de reelección que puede ser producto de haber afianzado fuertemente figuras políticas en regiones con alto arraigo partidista. Por su parte, Cambio Radical y el Partido de la U también tienen porcentajes importantes de reelección en ambas corporaciones. Ello se debe a que son partidos cuyos miembros pertenecen a unos clanes familiares y políticos determinados y cuyo poder regional se expresa en mantener la presencia de ciertas figuras en el congreso. Así, la renovación se ve limitada por la existencia de dichos grupos y, en caso que se dé, usualmente obedece a transiciones generacionales. Ejemplos de dicho fenómeno son las familias Char, Gnecco, Besaile, Cristo, entre otros.
Los departamentos que más reeligen…
En la Cámara de representantes se quiso ver cuáles eran los departamentos que más reelegían a sus representantes. Es interesante el caso de Norte de Santander que, teniendo un buen número de curules, ha reelegido a más de la mitad de sus representantes, dando cuenta del poder consolidado de Cambio Radical (Cristo) y la U en el departamento.
Por su parte, los departamentos que tienen un 50% de reelección tienen, en su mayoría, solamente dos curules. Así, el resultado es producto de ser circunscripciones pequeñas con poderes asentados y baja competencia. Dentro de este grupo, Magdalena, Huila y Cesar no responden a dicha explicación. En general, los departamentos de la Costa Caribe, a excepción de Sucre, tienen un alto porcentaje de reelección de sus representantes mientras que los departamentos del centro del país, el eje cafetero, Santander y Valle del Cauca tienen porcentajes menores al 30% o incluso algunos como Boyacá y Caldas tienen 0% de reelección de sus representantes.
De lo regional a lo nacional …
Aunque no es el caso típico de la reelección, el análisis sobre la renovación en el congreso con respecto al periodo anterior también debe contemplar los casos en los que pasan congresistas de una corporación a otra. Así, para este periodo 18 congresistas pasaron de la Cámara de Representantes al Senado. El partido que más permite dicha transición es el Pacto Histórico por ser la agrupación de varios partidos que tuvieron curul el periodo pasado, seguido por el Partido Liberal. Por su parte, el Verde y el Centro Democrático brindan menores posibilidades para hacerlo. A nivel territorial, el departamento en el que un mayor número de representantes pasa a ser senador es Antioquia (5) seguido por Bogotá (3).
En está campaña, la derecha está a la defensiva. Tiene que cargar con la impopularidad del gobierno saliente, y si bien tiene organización y votos, no tiene candidato que entusiasme. La consulta del Equipo Colombia tenía la tarea de buscar está persona. Al destacar a Federico Gutiérrez quien ganó con un margen muy superior a lo que las encuestas dejaban esperar, y al lograr atraer más de 4 millones de votantes, cumplió con su propósito.
La participación refleja en buena medida el peso de las organizaciones partidarias o clientelares que movilizan los distintos candidatos de derecha. El voto de la consulta es claramente regionalizado, y se destacan dos grandes focos: la costa Caribe donde Alex Char y David Barguil tienen sus baluartes, y Antioquia que se movilizó fuertemente detrás de Fico Gutiérrez, sobre todo Medellín. Cúcuta y las ciudades del Eje cafetero también lograron registrar buena participación. En cambio, los electores le hicieron el feo al Equipo Colombia en el Pacífico, en todo el Sur del país, y en la cordillera oriental. En Bogotá, Cali y Bucaramanga, la consulta no logró atraer a 10% de los electores.
La división regional de las candidaturas de derecha se confirma mirando los resultados. Gutiérrez es el ganador incontestado en su departamento de Antioquia, y debe la amplitud de su victoria a Medellín, donde consigue más voto que en Bogotá. En Antioquia como en los Llanos orientales, el apoyo uribista más o menos abierto que consiguió en la consulta fue determinante. Gana también con amplio margen en el Eje cafetero, donde la candidata de MIRA Aide Lizarazo consigue un buen respaldo, y en Cúcuta.
Por su parte, sin sorpresa, Alex Char consigue lo esencial de sus votos en su departamento de Atlántico y en la costa Caribe. Sin embargo, sale como el gran derrotado de esta consulta por dos factores. Mientras Gutiérrez logró suscitar una participación de más de 25% del electorado en Medellín, la de Barranquilla pasa a duras penas los 20%, y la de Soledad los 15%. El voto urbano no fue lo esperado para el clan Char. Por otra parte, no logró atraer tanto como en otras oportunidades el voto de la costa más allá del Atlántico. Logra todavía buena cantidad de votos en Magdalena (aunque no tanto en Santa Marta), pero Bolívar, Cesar, o La Guajira, que siempre sirven de base para la elección de la bancada charista en el Congreso, no le dieron tantos votos al precandidato en esta ocasión.
Por su parte, Barguil logra casi igualar el respaldo de Char gracias a la movilización de su baluarte de Córdoba y Sucre, pero también porque pudo contar con el respaldo conservador en el resto del país, en particular en los pueblos de la cordillera oriental (aun si eso no aportaba mucho en las ciudades grandes.
Finalmente, Peñalosa solo obtiene respaldo en Bogotá, como había sido el caso en su anterior aspiración presidencial en 2014, y aun lejos de Federico Gutiérrez. Este apoyo demasiado delimitado y la falta de organización partidaria hace de él el otro gran derrotado de la consulta.
Después de esta consulta, Federico Gutiérrez puede aspirar legítimamente a ser el candidato de la derecha, y el retiro de la candidatura de Oscar Ivan Zuluaga a su favor lo confirmó inmediatamente. Pero tendrá que tomar en cuenta en su campaña la ecuación regional para superar la división geográfica del voto de derecha, de ahí la importancia de buscar una formula costeña a la vicepresidencia.