A pesar de las protestas sobre el carácter no partidista de la consulta anti-corrupción, las polémicas sobre sus efectos no tardaron en estallar, con un componente interesante: ¿Quién puso los votos? Entre las tesis que se avanzaron en los medios y redes sociales, podemos destacar propuestas como:
- La consulta es una victoria de Fajardo y los verdes porque ellos pusieron los votos en las grandes ciudades.
- La consulta se perdió en la costa porque Petro no logró movilizar sus bases.
- El uribismo fue el gran derrotado por qué la gente participó a pesar de la consigna opuesta del mismo Uribe en el centro del país.
- La consulta marca una progresión de la oposición porque reúne más votos que Petro y Fajardo sumados en la presidencial.
Todas estas propuestas postulan una continuidad entre el voto de la elección presidencial y la participación en la consulta que es problemática y políticamente dudosa, y varias de ellas se fundamentan sobre una comparación rápida entre el mapa de la participación a la consulta (abajo) y los mapas que se produjeron en su momento para analizar los resultados de la presidencial.
Ahora bien, la comparación de los mapas de resultados de la presidencial (calculados con base en los votos válidos) y de los mapas de la participación en la consulta (con base en los inscritos) puede llevar a conclusiones problemáticas porque se trata de porcentajes calculados con bases distintas y no inmediatamente comparables. Si queremos acercar los dos escrutinios, tenemos que usar herramientas como la tasa de progresión entre número de votos en ambas fechas. Un ejemplo en el mapa siguiente:
En este mapa, comparamos el voto de Petro en segunda vuelta y el que se registró a favor de la consulta (tomamos como indicador el voto a la pregunta 2 que registró la mayor participación). Este mapa nos muestra varias cosas interesantes.
En primer lugar, es cierto que fue en las dos costas que la consulta fue poco votada, y que ahí, en muchos lugares, los votos no alcanzan el caudal que tuvo Petro en la segunda vuelta. Sin embargo, hay que matizar. En muchas ciudades, el voto de la consulta sí sobrepasa el voto Petro en la segunda vuelta, tal como en Barranquilla, Cartagena, Popayán y Pasto.
Por lo demás, en el centro del país, y particularmente en las zonas rurales el voto de la consulta se ubica por encima del voto Petro por un margen tal que las dos cosas no guardan comparación. Para los dos colores más oscuro del mapa, los votos en la consulta duplican el voto Petro de la segunda vuelta (100% de progresión), que como sabemos, incorpora una porción consecuente de los votos Fajardo de la primera. Aunque en menor medida, eso es válido también para las grandes capitales del centro del país, sin excepción.
Eso muestra que una porción significativa de los electores de Iván Duque votó la consulta, y que la continuidad entre el voto de oposición a la presidencial y la consulta es muy dudosa. La oposición no logró movilizar todas sus fuerzas para la consulta, particularmente en La Guajira, Córdoba, Sucre, y el Chocó, así como en la parte baja del Cauca y Nariño (con excepción de Tumaco). Por otra parte, en las zonas rurales del centro del país, la gente votó la consulta mucho más allá de la oposición, tanto así que los fajardistas que se fueron para el voto blanco o la abstención en la segunda vuelta no bastan para explicar la progresión. En estos departamentos, particularmente en Antioquia y el Eje cafetero, Cundinamarca, Boyacá y los dos Santanderes, hubo probablemente apoyo para la consulta incluso entre los votantes de Duque de la primera vuelta.
Ese mapa ratifica la dificultad a explicar la consulta por la presidencial. La consulta anti-corrupción logró su cometido de ser un tema nacional más allá de las tendencias a pesar de la visibilidad de unos en su defensa y de otros pocos en su rechazo.