por Yann Basset
Después de la victoria de Gustavo Petro a la presidencia, el partido que fundó después de su paso por la alcaldía de Bogotá aspira a transformar el triunfo nacional en un empuje en el escenario local para lograr las bases territoriales que la izquierda nunca ha podido consolidar en el país. Sin embargo, las expectativas que tenía el movimiento al respecto se han ido enfriando con el paso del tiempo. En primer lugar, como hemos tenido la ocasión de explicar en otra parte, el escenario territorial y el nacional tienen una importante autonomía relativa. Sería por tanto erróneo esperar obtener en las elecciones locales algo parecido al 17% de los votos que el Pacto Histórico obtuvo al Senado a nivel nacional el año pasado. En segundo lugar, la popularidad del presidente ha menguado considerablemente desde la ruptura de la coalición de gobierno que se produjo unos 6 meses antes de las elecciones, y el empuje que podía esperar la Colombia Humana en el voto urbano por su figura probablemente no será tan fuerte como se podía esperar hace un año. Finalmente, las negociaciones en el seno del Pacto Histórico para reproducir la coalición vencedora en el ámbito nacional en los territorios han sido laboriosas y poco exitosas. Como lo explicó la profesora Rocío Rodríguez en un reciente artículo, las coaliciones a geometría variable denominadas Pacto Histórico sólo agrupan parte cambiante de los partidos que constituyen la alianza, y en algunos casos, compiten con candidaturas de otros socios de la misma.
Conviene relativizar este último punto. Para las candidaturas a las alcaldías que nos interesan acá, el proceso fue algo más fácil que para ordenar listas a cuerpos colegiales. Al final, existen 130 candidaturas a alcaldías que contienen en su denominación la expresión “Pacto Histórico”, y que son conformadas por algunos de los 12 partidos de la alianza que llevó Petro a la presidencia. Es decir, hay una candidatura “tipo Pacto Histórico” en 10% de los municipios. Sin embargo, siguen siendo coaliciones cambiantes que no se pueden estudiar como una unidad en sí. La Colombia Humana en cambio, el partido fundado por Petro y que presta a la coalición sus colores y la forma de su logo puede ser estudiada como el corazón del Pacto, aun si no lo agota. Existen incluso en el Pacto formaciones que parten con más bases territoriales que ella: el MAIS ganó 20 alcaldías propias en 2019 y estuvo en 56 coaliciones ganadoras, el Polo Democrático ganó 3 y estuvo en 12 coaliciones ganadoras, incluyendo la que ganó Bogotá con Claudia López. Colombia Humana en cambio, sólo ganó una alcaldía y está en 7 coaliciones ganadoras.
En todo caso, en esta oportunidad, la Colombia Humana es de lejos el partido del Pacto Histórico que presenta más candidaturas y que apuesta más duro. Duplicó sus candidaturas propias con respecto a 2019, y aumentó considerablemente su participación en coaliciones. Notemos de paso que, hace 4 años, la Colombia Humana era en realidad “Colombia Humana-Unión Patriótica”. Usaba la personería jurídica de la UP por no tener todavía la suya propia. En 2023, la UP casi no presentó candidaturas propias y sólo jugó en las coaliciones tipo Pacto Histórico, generalmente al lado de Colombia Humana, por lo que la comparación no representa mayor problema.
El hecho de tener más candidaturas propias que en coalición contrasta con los partidos tradicionales y es típico de los movimientos nuevos que tratan de posicionarse. De hecho, en número de candidaturas propias, Colombia Humana llega en cuarta posición en estas elecciones, detrás del Partido Liberal, el Partido Conservador y la Alianza Verde, pero delante de la U y Cambio Radical. En cambio, en total de candidaturas, sumando las propias y las de coaliciones, sólo llega en octava posición.
Sin sorpresa, los mayores socios de coalición de la Colombia Humana son, casi al mismo nivel, la Unión Patriótica (que como vimos, ya lo era en 2019 de algún modo), Comunes (que logra gracias a su entrada al Pacto Histórico romper el ostracismo en el que estaba todavía hace 4 años), y el Polo Democrático Alternativo (que ya era el mayor socio en 2019). Un poco después, encontramos el Partido Comunista, Todos Somos Colombia (el partido de Clara López), el Partido de los Trabajadores de Colombia, y el MAIS. De este modo, casi la totalidad de las coaliciones se hacen dentro del Pacto. Casi desaparecen las coaliciones con la Alianza Verde, que era todavía el segundo socio en 2019, y lo hacen completamente las con los partidos tradicionales, que, aun escasas, todavía existían hace 4 años.
Geográficamente, la Colombia Humana trata de llegar a todo el territorio, en particular a las ciudades o capitales departamentales para las cuales privilegia las coaliciones. En cambio, las candidaturas propias abundan en el interior de la costa Caribe, mientras el Pacífico y el sur-occidente, que habían sido el baluarte de Gustavo Petro y del Pacto Histórico el año pasado parecen relativamente relegados.
¿Qué podemos esperar de las apuestas de la Colombia Humana? Quizás no tanto para las elecciones de 2023. Muchas candidaturas son de activistas relativamente nuevos en política electoral con poca posibilidad de ganar. Además, en Bogotá, la plaza fuerte tradicional de la izquierda, la candidatura de Gustavo Bolívar no parece en posición de ganar. El esfuerzo servirá quizás más a mediano plazo para consolidar el partido e instalarlo como el eje de la izquierda en el futuro.