La época electoral es un momento propicio para hacer un balance del comportamiento de los congresistas, mirando particularmente el caso de los que aspiran a la reelección. Para eso, el Observatorio de la Representación Política hizo un análisis de 95 votos en plenaria que tuvieron lugar desde el principio de la primera legislatura (20 de julio de 2014) hasta marzo de 2017. Para cada proyecto, se tomó en cuenta el último voto en plenaria en segundo, cuarto, sexto u octavo debate (Estos dos últimos para los casos de proyectos de reforma constitucional).
El gráfico que presentamos ubica a todos los senadores en función de estos votos sobre dos planos. En el eje horizontal, se representa la diferencia entre los votos positivos y negativos de cada senador, es decir, se les ubica sobre un eje mayoría/oposición, considerando como un comportamiento de mayoría (a la derecha del gráfico) el hecho de apoyar los proyectos puestos a consideración de los senadores, y de oposición (a la izquierda) el hecho de votar negativamente una mayor proporción de proyectos. Para la interpretación, es importante anotar que la mayoría de los proyectos son de origen gubernamental (52 sobre 95, sin contar los que se presentan por una entidad gubernamental en alianza con un grupo de senadores. Por lo demás, muchos proyectos presentados por senadores oficialistas son en realidad preparados en consulta con los ministerios).
Por su parte, el eje vertical ubica a los senadores sobre una escala presencia/ausencia en función del porcentaje de votaciones de proyectos a las cuales tomaron parte. Cuanto más arriba el senador, más presencia tuvo en las votaciones, cuanto más abajo, más ausente estuvo. Aquí, hay que precisar que una baja tasa de participación a los votos en plenaria no significa necesariamente que el senador “no trabaja”. Los votos en plenarias son una parte pequeña del trabajo de los congresistas. Pueden ser muy activos en comisión y pocos presentes en la plenaria, a veces porque anticipan que su posición va a ser tan mayoritaria que no sirve su presencia, o al contrario, tan minoritaria que no vale la pena presentarse. Algunos senadores han utilizado también la abstención como una forma de oposición consciente y concertada en algunos casos, como fue el caso de la bancada de Centro Democrático.
Al observar la ubicación en el eje horizontal, uno observa que la diferencia entre el porcentaje de votos positivos y negativos es siempre positiva para todos los senadores, es decir, todos los senadores votaron más positivamente que negativo. Eso se explica en buena parte porque la mayoría de las decisiones adoptadas en plenaria son votos consensuales que no generan mayor debate (como los votos sobre honores y conmemoraciones).
Sin embargo existen comportamientos de bancada marcados que ubican a los partidos sobre un claro eje mayoría/oposición. Claramente, el Polo Democrático Alternativo da evidencia de que su pretensión a ser el único “verdadero” partido de oposición tiene algún fundamento. Se destaca por la importancia de sus votos negativos. Sin embargo, aunque la proporción es menor, la bancada de Centro Democrático también mostró una clara tendencia a votar más negativamente que el conjunto de la plenaria. Entre los demás partidos, los comportamientos son difíciles de distinguir sobre este eje.
Además, existen casos que, muestra la importancia de las posiciones individuales dentro de cada partido y del Senado mismo. Por ejemplo, Iván Cepeda del Polo Democrático es quien tiene el mayor número de votos negativos con un porcentaje de 27.3%, seguido por Senén Niño con un porcentaje de 24.2%. En cambio, al otro extremo del eje, dentro de los casos individuales se encuentran Faruk Urrutia del Centro Democrático, Jorge Eduardo Gechem de la U y Eugenio Prieto del Partido Liberal. Son los tres senadores que nunca votaron no a ningún proyecto (recordemos que el corte de nuestra base de datos es marzo de 2017), pero eso se explica porque entraron tarde al Senado en reemplazo de colegas. Fuera de esos tres casos, Carlos Enrique Soto Jaramillo y Musa Besaile de la U, fueron los senadores “más oficialistas”.
Vale la pena poner en discusión la coherencia de participación de los senadores respecto a su bancada, pues en partidos como la U, el Partido Liberal, Partido Conservador y Cambio Radical, existe una dispersión significativa a lo largo del eje vertical. La diferencia entre participación y abstención es la que más influye sobre la indisciplina en estos partidos oficialistas. En comparación, los partidos de oposición logran un nivel de disciplina y de participación mucho mayor.
Al observar la cohesión, de nuevo, se resalta la unidad en el Polo Democrático, con un índice de abstención que se encuentra entre el 60 y 50%, de la Alianza Verde con una abstención de sus senadores que se mueve dentro del 20 y 26%, exceptuando el caso de Iván Leónidas Name quien registra un 49% de abstención. El Centro Democrático también mantiene unanimidad en su dinámica de participación, puesto que se mueve dentro del eje en el 20 y 30% de abstención, salvo José Obdulio Gaviria que marca un 44% de abstención.