Si el clivaje centro/periferia ha sido la gran clave de lectura de casi todas las elecciones desde 2014 en Colombia, sus efectos tienden a matizarse en las elecciones 2022.
En primer lugar, porque el partido más fuerte del centro geográfico, Centro Democrático registró un serio revés, no solo entre la opinión urbana sino entre las bases rurales del movimiento que habían sido una parte fundamental de su solidez. La Alianza Verde (hoy Centro Esperanza-Alianza Verde), que al contrario, progresa un poco con respecto a 2018 y logra una mejor implantación fuera de las ciudades en Boyacá, Santander, Antioquia y Caldas sigue siendo un partido del centro geográfico pero no de todo el centro, y se ve desplazada del “sur del centro” por Pacto Histórico (en el Meta, Cundinamarca, Tolima, Huila, Quindío y Risaralda.
En segundo lugar porque los tradicionales, partidos de la periferia geográfica, logran recobrar fuerza en las zonas rurales del centro, particularmente en Cundinamarca y Tolima para el partido conservador y Antioquia y Santander tanto para el liberalismo como para los azules. Este repunte se logra en general en detrimento de Centro Democrático.
Finalmente, si la irrupción de Pacto Histórico como coalición más votada al Senado se hace fundamentalmente con el apoyo de las grandes capitales (Bogotá y Cali en particular), y de la periferia geográfica (el sur occidente específicamente), no logra resultados tan destacados en el Caribe (donde Petro tuvo buen apoyo en la consulta). En cambio, le va relativamente bien en algunas zonas rurales del centro geográfico como en Cundinamarca, Meta, y el Eje cafetero, lo que resulta más sorprendente.
Si el clivaje centro/periferia parece perder algo de su pertinencia, el clivaje urbano/rural fue probablemente una clave importante. La Fuerza del Pacto Histórico en la opinión pública urbana fue clave para su victoria, mientras los tradicionales pudieron resistir asentados en el voto rural. De hecho, este arraigo rural de azules y rojo es lo que les diferencia de sus avatares de la U y Cambio Radical que fueron grandes perdedores de estas elecciones. Sin posibilidad de llegar al voto urbano y sin raíces rurales en todo el territorio, estos dos movimientos están reducidos al papel de fuerzas regionales, en Valle, César, Córdoba y La Guajira para la U, y en Atlántico, Magdalena, Huila, Cauca y Norte de Santander para Cambio Radical.